“La vocación es la única condición humana que alguna vez ha logrado derrotar al amor”, lo dijo alguna vez Gabriel García Márquez explicando la condición principal que se necesita para ser periodista, pero si hay una condición humana que aplica a todos los rubros es la vocación. Beñat San José Gil, un vasco siempre tuvo vocación por enseñar nos da el ejemplo. Estudió pedagogía, pero su pasión era el fútbol y tras una lesión que lo alejó de las canchas como jugador, decidió mezclar su vocación con su pasión.
Aventurero y decidido comenzó su carrera, tras estar varios años formando chicos en las inferiores de la Real Sociedad, emigró a Medio Oriente, allá tuvo su primera experiencia profesional, con otra cultura, pero con un objetivo claro.
“Me lancé, siempre tuve la sensación que podía hacerlo bien con esfuerzo. Tuve un gran año en el filial del Al-Ettifaq y me pasaron al fútbol profesional, más allá de las costumbres esto es fútbol y me concentré en eso”, Beñat se expresa agradecido con Arabia Saudita por que fue su puerta de regreso al fútbol.
Se declara admirador de Marcelo Bielsa, su paso en Chile tiene mucho que ver con eso, le llamó la atención lo que hizo el argentino. Luego descubrió a Jorge Sampaoli, a quien también comenzó a seguir y admirar. Lejos de la idea “Guardolista” de la posesión, para al entrenador de Bolívar, el sentido del fútbol es más que eso “hay que tener la pelota para atacar, en España apuestan por la tenencia y posesión porque sí, yo no creo en eso. Yo creo en el fútbol de posesión y posición, pero para atacar, con buenas transiciones y sobre todo orden”.
El español no se apasiona por un dibujo táctico en particular, para San José Gil, la simbiosis de la parte psicológica, física, táctica y técnica de su grupo construye la forma de su equipo “mis equipos son aquellos en que todos participan en todas las fases, todos tienen un rol en ataque y uno en defensa, y lo hacen todo juntos”.
A pesar que le han hablado de algunas ofertas en su país, su filosofía no cambia “mis metas son inmediatas, yo no pienso más allá de hoy, y mi meta es ganar la Liga y ganar la Copa Sudamericana con Bolívar”.
Esa es parte de la mentalidad del DT de la Academia, con 37 años disfruta su vida en La Paz, enamorado de la ciudad desde que llegó, agradecido con la gente, dice no tener apuro por conocer Bolivia, piensa quedarse por mucho tiempo en el país “No soy un entrenador que llega pensando en irse mañana, así que me gusta conocer la ciudad de a poco, disfruto, me gusta salir a comer, tomar café y compartir con gente en los tiempos libres, ya podré hacer turismo en esta ciudad que me encantó desde el día que llegué, no podía creer el paisaje que veía, tremenda ciudad en medio de las montañas”.
Foto: Nick Somers