Bolivia participó por segunda vez en su historia en una Copa del Mundo en el Torneo organizado por Brasil en 1950. A pesar de ser la peor de las tres ocasiones en que estuvo presente en la justa ecuménica, es un hito de la historia de nuestro fútbol
Bolivia armó su cuadro con la base de la selección que jugó el Sudamericano de 1949 en el que tuvo una destacada participación. Pero en el último partido preparatorio frente a Chile en Santiago en marzo de 1950, la selección cayó derrotada por 5 a 0, lo que determinó un cambio importante. El técnico Félix Deheza fue destituido y la FBF nombró al italiano Mario Pretto, director técnico de Litoral, el elenco financiado por el empresario Domingo Soligno dueño de la fábrica “Lanificio Boliviano” y representante de la colonia italiana en Bolivia. Litoral había sido tricampeón paceño (1947-1948-1949) y el último campeón del fútbol amateur de La Paz. Había participado además en el primer Torneo Sudamericano de Clubes Campeones jugado en Chile en 1948.
Pretto convocó a este plantel: Víctor Algarañaz, Alberto Achá, Duberty Araoz, Vicente Arraya, Víctor Brown, José Bustamante (capitán), René Cabrera, Roberto Caparelli, Leonardo Ferrel, Benedicto Godoy, Antonio Grecco, Juan Guerra, Beningno Gutiérrez, Eduardo Gutiérrez, Benjamín Maldonado, Mario Mena, Héctor Saavedra, Víctor Agustín Ugarte y Antonio Valencia. Un total de diecinueve jugadores, dos de ellos nacionalizados; los argentinos Grecco y Caparelli.
El 2 de julio de 1950 en el estadio Independencia de Belo Horizonte ante 25.446 espectadores, se decidió la clasificación a la fase final en un solo partido entre los dos únicos equipos de la serie. Bolivia alineó a Eduardo “Chembo” Gutiérrez en el arco; en la defensa Alberto Achá y José Bustamante (capitán); el medio campo contó con Antonio “Guatón” Valencia, Leonardo Ferrel y Víctor “Camba” Algarañaz; en el ataque Antonio Grecco, Benigno Gutiérrez, Roberto Caparelli, Víctor Agustín “Maestro” Ugarte y Benjamín Maldonado.
Los charrúas hicieron gala de un fútbol demoledor. Cuatro goles en el primer tiempo y cuatro en el segundo. Miguez fue la estrella al anotar tres, aunque, sin duda, el mejor jugador uruguayo fue Schiaffino con su gran habilidad. Resultado final: 8 a 0.
Este fue uno de los partidos más catastróficos de la selección. Una de las tres peores goleadas de su historia. Es cierto que enfrentó al mejor Uruguay de siempre, al que selló una de las páginas de oro de la Copa del Mundo con el “Maracanazo” que enmudeció y destruyó las ilusiones de Brasil y logró el segundo título mundial para su selección.
La selección volvió al país con la derrota y la humillación de haber recibido uno de los más abultados resultados de la Copa del Mundo. El 25 de mayo de ese año se había creado el profesionalismo en el país, de modo que el equipo Bolivia había quedado a caballo entre el fin del amateurismo y el inicio del fútbol rentado.