Luis Haquin, el heredero de la defensa nacional

May 22, 2018

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Renovación y proceso son palabras que se busca poner en práctica en el fútbol boliviano, nace una generación de futbolistas nacionales que ilusionan al país con volver a vivir días de gloria,  es el caso del defensor Luis Haquin.

Con 20 años es titular indiscutible en el club Oriente Petrolero y habitual convocado en la Selección Boliviana. A diferencia de muchos futbolistas bolivianos, Luis dedicó su niñez y adolescencia a los estudios, “estudiaba en un colegio que era de doble escolaridad y se me complicaba estudiar y entrenar en la tarde en alguna academia, estuve así hasta primero medio hasta que logre conseguir un permiso, luego me fui a un colegio donde estudiaba solo en la tarde y podía entrenar en la mañana, ahí nació la pasión por querer ser jugador profesional” recuerda sus inicios en el camino del fútbol.

Fue al salir bachiller que tuvo que tomar la decisión sobre su futuro, “cuando salí bachiller todavía no tenía nada concreto con Oriente Petrolero y tuve la oportunidad de irme a estudiar a Estados Unidos con una beca, ya la tenía ganada, había pasado el examen pero me había apasionado e ilusionado mucho con el tema de vestir la camiseta de Oriente a la que le tengo mucho cariño y le dije a mi padre que quería ser jugador profesional y gracias a Dios se me dieron las cosas bien”.

En su familia solo su abuelo fue futbolista y jugó en Blooming, su primer equipo fue en la Escuela Mauro Blanco, “Iba a pasar mis vacaciones en las escuelas de verano, estuve en varias escuelitas pero mi primer equipo fue la escuela Mauro Blanco a mis 13 años, después de eso me fui a jugar a Cooper en la ACF. Oriente siempre hace las pruebas cada año, tuve la oportunidad de ir y logré quedarme, el entrenador era David Avilés, entablé una buena relación con él, me enseñó bastante, me aconsejaba todo el tiempo, me  hizo jugar con 17 años en la Primera A, de ahí me promovieron al primer equipo”.

Como todo niño en colegio jugaba en cualquier posición y aunque confiesa que también se imaginaba ser delantero de a poco le fue ganando cariño a la posición en la que ahora se desempeña, “Todo niño sueña con ser como sus estrellas, Messi, Cristiano Ronaldo pero uno de a poco va bajando, cuando comencé a jugar en la ACF me incliné por la posición de defensor, era en la que me sentía cómodo”.

Fue entonces que llegó un día inolvidable en su vida, “la fecha la recuerdo bien, el 23 de abril, gracias a Dios ganamos, yo soy hincha de Oriente desde chico, he estado mucho tiempo del otro lado y ese momento era algo que no podía creer, estar adentro, defendiendo el escudo de ese equipo” relata su partido debut con la camiseta del club refinero ante Universitario de Sucre en Santa Cruz, duelo que terminó con la victoria para los locales por un gol a cero.

Justamente el haber crecido y vivido muchos años viendo desde las graderías y soñando ser parte de Oriente Petrolero le da un plus cada vez que tiene que disputar uno de los encuentros más importantes torneo a torneo, los clásicos ante Blooming, “es la mejor semana, la gente lo vive de una manera muy distinta, desde el lado del jugador se vive espectacular, uno siente nervios porque sabemos lo que significa jugar un clásico, he sido hincha y se lo que se sufre, lo que el hincha quiere, que su equipo lo de todo, que no dé ni una pelota por perdida, entonces trato de hacer eso cada que salgo a la cancha porque me identifico con la institución”.

Entra las sensaciones más gratificantes que le ha tocado vivir en estos primeros años de su carrera por su puesto son los goles que ha marcado, “sinceramente fue algo que lo soñaba, pero nunca creí que pase tan rápido, porque hacer mi primer gol en un superclásico cruceño con 19 años era algo que ni yo imaginaba, mi segundo gol lo hago contra Blooming igual, son cosas inolvidables” relata el joven defensor dos de sus tres goles que lleva marcados en su primer par de temporadas como futbolista profesional.

Pero sin duda el sueño más grande de todo jugador de fútbol es vestir la camiseta de su Selección, otro logro que Luis ha logrado cumplir, “fue algo muy rápido, siempre soñé con ser parte de alguna Selección en alguna división inferior, fui a la Sub 20, aquella vez se me paraban los pelos porque era algo que soñé desde muy chico y a partir de eso fui a varias fechas FIFA, vestir la camiseta de la Selección es un sueño” explica con mucha emoción.

Haquin en enero de 2017 siendo parte de la Selección Sub 20 en el Sudamericano de la categoría bajo el mando de Mauricio Soria y Marco Sandy estuvieron cerca de dar la sorpresa del torneo en Ecuador, le regalaron al país una victoria sobre Perú, ilusionando a todos con poder acceder a la siguiente fase, sin duda otro momento que marcó la vida del joven defensor, “Fue un momento lindo para nosotros porque veníamos de momentos muy duros, cambiar el técnico dos semanas antes, 14 días de trabajo para ir al torneo,  jóvenes con 19 años soñábamos con la clasificación pero también éramos conscientes que a comparación con otras selecciones necesitábamos mucho más trabajo, no fue excusa, lo dimos todo para clasificar y lastimosamente no se dio. Nadie daba nada por nosotros, hablaban muchas cosas malas de nuestra Selección, incluso mi papá me contaba que los comentaristas nos echaban palo todo el tiempo, creo que Bolivia tiene mucho material humano para demostrar que está para grandes cosas y ese partido lo demostramos”.

Justamente de aquella delegación y tras ese torneo muchos de los jóvenes han podido tener la chance de ser tomados en cuenta en distintos equipos profesionales del país, además de los buenos recuerdos a Haquin le queda también la amistad con dichos compañeros con quienes tienen un sueño en particular, “Limberg Gutiérrez, Moises Villarroel, Henry Vaca, Ramiro Vaca, Bruno Miranda, Monteiro y muchos, hay contacto entre nosotros y les aseguro que nosotros soñamos con ser la nueva generación de Bolivia que pueda conseguir el pase al Mundial”.

La aparición de Haquin en la defensa de Oriente Petrolero y de la Selección lo han puesto en la mira de todos con un denominativo en especial, el reemplazante de nada más y nada menos que el capitán boliviano, Ronald Raldes. Para Luis más que una presión, así describe sus sensaciones ante esta particular situación, “Para mi es algo que siempre soñé, porque lo admiro bastante, es un puesto muy privilegiado, sabemos lo que significa Ronald para la Selección, incluso para Oriente donde ha sido capitán mucho tiempo, desde que tengo uso de razón que es capitán, a mí me llena de orgullo, hace que trabaje mucho más, que me motive mucho más, porque creo que eso te exige ser el próximo Raldes, implica bastante estar a la altura de él por lo que significa nacional como internacionalmente, igual yo quiero escribir mi propia historia pero no escondo decir que lo admiro mucho y tengo una muy buena relación con él”.

Justamente como parte de la renovación en la Selección es que han podido compartir concentraciones, “Ronald me habla mucho, me aconseja bastante, me felicita cuando tengo un buen partido, la verdad es un excelente referente, una excelente persona y excelente jugador, cuando he tenido errores me habla, me dice que no caiga, que he crecido mucho este último tiempo como para caerme, que tengo todo para poder llegar muy lejos, me aconseja que tenga mucha disciplina, mucha perseverancia y sigo sus pasos”.

Y es así como escribiendo su propia historia, con un peso y privilegio importante que recae sobre él al esperar que sea el reemplazante de Raldes, tiene dos metas importantes a corto plazo, “llegar a ser el capitán de Oriente que es algo que sueño y me gustaría salir lo más pronto del país, el futbolista boliviano es muy complicado que emigre, son pocos los bolivianos que van al exterior, me gustaría jugar en cualquier liga competitiva, el hecho de crecer con otra cultura, de convivir con otro tipo de personas y jugadores te hacen crecer más rápido”.

Tiene una Cábala, arrodillarse ante Dios antes de salir a la cancha; tiene un pilar fundamental en su carrera, “mi papá, es la única persona que está conmigo siempre, todo el día”; tiene un apoyo invaluable, “sentir el apoyo de mi familia” y por sobre todo la ilusión de ser el nuevo líder de la defensa nacional.

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