El Trofeo de Jules Rimet fue el galardón que se entregó a la selección campeona del Mundo desde el primer Mundial, el de 1930, hasta 1970, cuando Brasil ganó su tercero y le correspondía quedárselo, a partir de 1974 se sustituyó por el que conocemos hoy, diseñado por Silvio Gazzaniga.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el presidente de la federación italiana Ottorino Barassi, lo escondió de los nazis en una caja de zapatos debajo de su cama tras sacarlo en secreto del banco en el que estaba guardado. En 1966, meses antes de que inicie el Mundial de Inglaterra, fue robada en Londres mientras era exhibida en Westminster, pero apareció a los pocos días entre los arbustos de un jardín.
En 1983, hace 30 años, el Trofeo de Rimet estaba en una exhibición en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol y volvió a ser robado, varios años después se detuvo a cuatro personas acusadas del robo, todos declararon haber fundido la pieza para quedarse con el oro y la plata.
Años después la FIFA encargó fabricar una réplica en la que se incrustó los nombres de los primeros cuatro ganadores del Mundial. Pues este año, ambas piezas de oro macizo están juntas y en Rusia uno de los patrocinadores oficiales de la FIFA organizó una exhibición en Moscú donde fue el astro brasileño Roberto Carlos, llevó hasta la Sede del Mundial el trofeo.