River Plate tiene como casa a uno de los estadios más emblemáticos del fútbol latinoamericano, no solo tiene el aforo más grande sino que también tiene una historia que se siente en cada uno de sus pasillos. Este 2018 no solo es el escenario de la gran final de la Copa Libertadores, sino que además cumple 80 años.
Todo comenzó en 1933 cuando Antonio Vespucio Liberti asumió la presidencia del club River Plate y entre su plan de gobierno uno de sus principales objetivos era construir un estadio para su equipo, un año más tarde compró más de 80 mil metros cuadrados en el barrio de Núñez, en 1935 se coloca la primera piedra y luego de un año inician las obras de construcción.
El 26 de mayo de 1938 tras dos años de duro trabajo por los retos que implicaba la zona para los arquitectos al estar próximo a la costa se logra inaugurar el mismo con el partido River Plate – Peñarol. Si bien el diseño original constaba de cuatro tribunas ya que tomaron como ejemplo el coliseo romano por su estructura de hormigón, el presupuesto no alcanzó y se abrieron sus puertas con solo tres tribunas, dejando una forma de Herradura además se decía que la tribuna faltante era la ventana al Río de la Plata.
Todo esto cambió veinte años después cuando en 1958 el club vende al jugador Enrique Omar Sívori a la Juventus y con el dinero de la venta se procede a completar la construcción. Entre las últimas remodelaciones está la del 2014 cuando se instaló la pantalla LED más grande de Sudamérica. Y este último año tras la refacción el estadio amplió su capacidad para un total de 62.266 espectadores.
Entre los partidos más importantes que albergó este emblemático escenario están tres finales de Copa América, cinco finales de Copa Libertadores y una final de Mundial. El 25 de junio de 1985, Argentina con dos goles de Kempes y uno de Bertoni ante 68 mil personas y muchas más detrás de radios y televisores derrotó a Holanda y alzó su primer título Mundial en el Monumental. En este estadio también tuvo lugar la mayor tragedia en la historia del fútbol argentino, la Tragedia de Puerta 12 en la que se tuvo 72 fallecidos a causa de una estampida humana.
Ahora es la sede de la final que marcará un punto en la historia de la Libertadores ya que desde 2019 se disputará no en ida y vuelta sino con partido único.