Grecia, campeona de Europa es un país donde se juega fútbol desde el año 2.000 antes de Cristo, un país pequeño con poco más de 10.000 habitantes tiene una Federación que de agrupa algo más de 5.000 clubes, en dicha nación existe un jugador boliviano que día tras día forja su nombre lejos de su casa, de su familia pero con sueños y metas que cumplir, Danny Bejarano. Actualmente con 25 años de edad vive su tercera experiencia en el fútbol griego, en el segundo club de dicho país que fichó al volante nacional.
Danny juega al fútbol desde siempre como él mismo recuerda, “desde chico me gustó siempre el fútbol, desde los 2 o 3 años siempre estaba con mi pelota, mis padres vieron ese entusiasmo y me inscribieron en la Academia Tahuichi donde estuve un par de años de ahí pase a la Academia El Semillero donde inicio mi fantasía futbolera” recuerda.
Su gusto por el fútbol viene de familia, “Mi padre estuvo en Oriente Petrolero no pudo debutar en Primera por temas de apoyo y económicos pero él siempre fue mi inspiración y el que me aconsejaba, actualmente tengo a Diego Bejarano (su primo) que está en Bolívar somos una familia futbolera”, justamente fue Diego quien lo ayudó a emigrar fuera de Bolivia el 2015, “Diego fue a Grecia y tuvo una buena temporada, estaban buscando un volante central y el hizo los contactos para que pueda llegar”. Además de ser su primo es con quien compartió muchas experiencias, entre ellas algunas graciosas en Grecia, “Como Diego es un poco más moreno que yo, siempre nos preguntaban si éramos familia porque uno era más blanco que el otro” relata entre risas.
Como futbolista profesional debutó en Oriente Petrolero, nada más y nada menos que ante su clásico rival, “mi debut fue en un clásico ante Blooming ganamos 3-0 gracias a Dios pude debutar con victoria”, en el país ha llevado su fútbol por Bolívar, Sport Boys y el club refinero, justamente con este último es con quien guarda los mejores recuerdos, “El partido que más recuerdo es poder jugar una Libertadores con Oriente”.
Su talento lo ha llevado también a defender la camiseta de todos; vistiendo la Verde de la Selección en divisiones inferiores tiene el gol más bonito, “siempre a pesar de la posición uno siempre quiere marcar, el que más me gustó fue contra Argentina en el Sudamericano Sub 20”. Su debut en la Selección mayor fue en “un amistoso contra Haití el director técnico era el profesor Xabier Azkargorta”. Con la Selección Absoluta el partido que más recuerda es “ante Paraguay que perdimos 2-1, estábamos haciendo un gran partido”.
Justamente fue el profesor Xabier Azkargorta quien marcó su carrera con sus enseñanzas, “Azkargorta en la Selección me dio confianza y en el club donde lo tuve, en Sport Boys me dio confianza, liderazgo y eso me ayudó mucho”. Actualmente tiene entre sus números más de 30 partidos defendiendo los colores nacionales en Eliminatorias, en Copa América y amistosos.
Su sueño como el de todos los bolivianos es clasificar a un Mundial, “todos tenemos ese sueño, jóvenes y gente de experiencia, trabajaremos para que eso se pueda cumplir”. En busca de sus sueños no solo colectivos sino también personales donde aspira jugar en un equipo grande de Europa es que decidió nuevamente hacer maletas y volver al fútbol que le abrió las puertas en su momento y donde crece día a día, esta vez al club Lamia.
Desempeñar tu carrera fuera del país implica muchos sacrificios, Danny ha podido vencer cada uno de los obstáculos, “yo desde los 15 años comencé a viajar solo, fui a Brasil un año y medio a terminar de formarme vivía con los chicos en el club, en ese momento sí fue difícil porque deje las comodidades de mi casa, mis padres; cuando tuve una pequeña lesión en Grecia me marcó porque fue una lesión que me costó mucho, pero es parte de esto”.
El número de jugadores bolivianos que logran emigrar a otros países y otras Ligas no ha crecido en los últimos años, para Danny con tres experiencias en dos distintos equipos de Grecia la clave está en “la mentalidad y creer en uno mismo, el jugador boliviano tiene talento y técnica, solo falta mentalizarse de que el jugador boliviano también puede” asegura desde su experiencia.
Precisamente en su retorno a Grecia siente su evolución profesional respecto a la primera vez que llegó al viejo continente, “La verdad que muchísimo, me siento mucho más maduro agarre mucha más experiencia y eso me ayudado adaptarme muchas más rápido”. Con esa experiencia adquirida es que tiene nuevas metas, “Estoy trabajando bien, la verdad que siempre trato de mejorar en todo y estoy aprovechando cada entrenamiento y cada partido para seguir creciendo y poder ser convocado a la Selección. Tengo mucha ilusión de ir a la Copa América así que estoy dando todo de mí para poder estar”.
Este año se disputa una nueva versión de la Copa América y es una experiencia que espera volver a vivir, “la magnitud de la competición, era mi primera Copa América (Chile 2015) y la verdad que estando ahí dentro se vive de una manera increíble, diferente, fue una experiencia muy linda que me marcó, espero estar nuevamente ahí, a veces uno no se da cuenta de la magnitud de las competiciones que uno juega y la Copa América es bastante exigente y muy disputada” señaló el volante.
En dicha Copa realizada en Chile tuvo una anécdota bastante graciosa, “en el partido con Chile, habían muchos jugadores que no íbamos a jugar porque estábamos ya clasificados, ese día a varios jugadores nos llegaron zapatillas que nos mandó Adidas y estaba con los botines aluminio y no los había ajustado bien, entramos a la cancha para el calentamiento y de un momento a otro alguno de los compañeros me dicen al entrar al camarín que se me habían salido todos los toperoles y tuvimos que salir a la cancha otra vez para buscar todas las toperoles porque no me había dado cuenta, todos se reían porque si ese partido jugaba iba a entra con los botines sin toperoles” relata el jugador que espera tener nuevas experiencias defendiendo la Verde.