Hincha del Sao Paulo, tras un milagro continúa viviendo su propio sueño y el de sus hermanos de ser futbolista profesional, ve lejano su retiro y espera seguir haciendo historia con Wilstermann. Serginho, como todo brasileño nació junto con una pelota de fútbol, trajo su buen fútbol al país donde se siente como en casa y nos cuenta su historia.
“Yo inicié como casi todo jugador en Brasil, jugando en la calle con mis amigos como diversión, la cosa se fue poniendo más seria cuando tenía como 13 o 14 años y mis hermanos me llevaban a jugar con adultos, le comencé a agarrar más gusto” relata sus inicios donde explica como él, siendo el menor de la familia tuvo el apoyo para cumplir el sueño de ellos, “soy el menor de tres hermanos, en una charla con ellos, todos decían que querían ser futbolistas pero no pudieron, no consiguieron alcanzar al nivel profesional porque tenían que ayudar a mi mamá con la parte económica de la casa porque siempre fuimos criados sin padre y yo les dije que cuando yo creciera yo iba a intentar ser jugador para dar una felicidad a ellos”.
Jugó en al menos 14 clubes de su país, “Yo comencé en clubes pequeños de Brasil, no muy conocidos, yo comencé en las divisiones inferiores de Palmeiras. Cuando tenía entre 18 y 20 años, quería dejar de jugar y estudiar para poder ayudar en mi casa, pero mis hermanos y mi mamá me apoyaron mucho para que no lo hiciera”, siempre se caracterizó por un juego veloz, “Yo siempre jugué como enganche pero por un tiempo en Brasil a los entrenadores les gustaba mucho tener jugadores carrileros por fuera, yo siempre me caractericé por mi juego rápido y tenía esa facilidad, entonces fue una posición a la que me adapté muy bien hasta hoy. Cuando vas ganando edad es cierto que algunas cosas van disminuyendo como la velocidad entonces hay que adaptarse al presente del fútbol, pero estoy corriendo bien así que tengo tiempo para seguir corriendo por fuera”.
Él mismo confiesa que nunca se le pasó por la mente venir a Bolivia, “antes de venir acá ya estaba pensando en retirarme del fútbol, estaba con 32 años cuando vine, en Brasil el fútbol es muy competitivo, allá los niños nacen queriendo jugar, hay muchos jugadores y yo tuve una buena carrera en Brasil, jugué grandes competencias pero ya estaba un poco cansado con algunas cosas que estaban pasando y cuando me llegó la oferta de venir a Bolivia acepté, no esperaba en tan poco tiempo hacer historia, siendo campeón y jugando Copa Libertadores, estoy muy contento y espero jugar hasta más de mis 40 años”.
La carrera de Serginho está marcada por un momento importante tras su paso por el fútbol africano, prácticamente un milagro le permitió que pueda seguir viviendo su sueño, “Yo jugué en Angola en 2009 en África y después volví a Brasil, en ese tiempo en la pretemporada yo tuve un problema en el corazón, tuve una arritmia cardiaca y la verdad que los médicos me prohibieron entrenamiento de esfuerzo” fue un momento muy difícil tanto para él como para su familia porque los informes médicos no eran alentadores.
“Los médicos después de algunos exámenes dijeron que yo debía dejar de jugar porque podría en cualquier momento estar jugando y provocarme una muerte súbita dentro de la cancha. Me quedé 3 meses haciendo exámenes, todos los exámenes de corazón que hay”, fue entonces cuando un amigo le dio esperanza, “tengo un amigo especializado en corazón de atletas en Brasil, él me dijo que yo tenía las chances de volver a jugar, me aferré a eso y comenzamos a trabajar con más exámenes y tratamientos médicos durante otros 3 meses, la arritmia cesó, nunca más tuve nada gracias a Dios, creo que fue un milagro de Dios en mi vida, porque ningún médico quería certificarme. En Brasil para jugar los médicos tienen que firmar una aprobación y nadie quería firmar para que yo pudiera jugar. Después de eso pude volver a jugar y fue el momento más difícil y también más feliz porque después de que la persona creían que había terminado mi carrera pude volver a jugar y estar bien y estar hasta el día de hoy”.
Desde su llegada a Wilstermann ha tenido gratificantes experiencias en el país, uno de los momentos más felices y emocionantes fue la final de 2018 cuando se coronaron campeones en Sucre, “Para nosotros fue muy difícil, tuvimos que sacrificar muchas cosas de nosotros, trabajar muy duro, este primer título fue muy importante, consolidar un equipo que juega un gran fútbol, ahora tenemos más respeto de los otro equipos y la gente. Tenemos que mantener un gran nivel porque la gente quiere ver buenos partidos, para mí por ser mi primer título en Bolivia en menos de un año fue motivo de mucha alegría espero conquistar más”.
Una final dramática y vibrante de tres partidos se definió en cancha neutral, el estadio Patria de Sucre fue el escenario donde los rojos aviadores se quedaron con el título, “Yo creo que en los dos primeros partidos pudimos ser campeones, yo tuve la oportunidad de hacer un gol cuando estaba 0-0 en La Paz en la final de ida y falle el penal y perdimos allá. Para el partido en Sacaba durante la semana me dedique mucho, hice dos goles y pudimos llevar la final a un tercer partido en Sucre, un partido atípico donde hice un gol que nos estaba dando el título. Tuve que salir del partido y no estuve en los penales”
Justamente en dicho partido final en la capital del país, el brasileño fue quien eligió a Oscar Vaca para que pateara el último penal ya que el entrenador Álvaro Peña fue expulsado, “Había que tener el corazón preparado para todo y yo me recuerdo que en el último penal que yo hable a Vaca, no sabíamos quién iba a patear y yo salgo de mi lugar hasta la mitad de la cancha y apuntó a Oscar Vaca” el brasileño recuerda las palabras exactas que le dijo “Usted va a patear el penal para campeonar”.
La pregunta automática fue, ¿por qué lo eligió a Vaca? “Porque él fue el jugador que me dio un pase gol contra The Strongest en la ida, él no tenía jugado casi nada de partidos durante el torneo, él estaba jugando muy bien fue una cosa que me veo ahí y se lo digo a él”.
En los últimos meses, Serginho fue noticia tras incidentes con tintes de racismo y discriminación en el estadio Tahuichi Aguilera, situación que lo dejó más fortalecido tras recibir el apoyo de sus seres queridos, “con la ayuda de mi familia, mis compañeros, los hinchas del club, la gente de todo el mundo que me mandaba mensajes para superar el tema y salimos mucho más fortalecidos con todo lo que pasó, estas cosas no podemos aceptar más ni en el fútbol ni en la sociedad que se denuncie y las personas que hacen este tipo de actos tienen que ser expuestas para acabar con este tema”.
Dejando de lado todo ese tema las metas del jugador son claras en el país, “quiero jugar lo máximo que pueda en Wilstermann, quiero ganar más títulos, quiero llegar a instancias finales en la Libertadores, espero hacer historia acá como todos los brasileños que vinieron a Wilstermann”.