El jugador argentino Cristian “Pochi” Chávez es uno de los jugadores de lujo que tiene el fútbol boliviano, aunque su inicio en filas del club Wilstermann no fueron de las mejores, el tiempo terminó demostrando la jerarquía y la experiencia que traía consigo tras una carrera con muchos logros y palmarés.
Argentina es un país donde se respira fútbol, donde la competitividad, la pasión y el hambre de gloria lo llevan en la sangre, abrirse un espacio o conseguir una oportunidad se hace mucho más difícil y se deben hacer muchos sacrificios, es así como desde los seis años Chávez inició su amor por el fútbol, “A los 6 años empecé a jugar en un club de barrio que se llamaba Primavera del Plata, a los 12 años me fui a jugar a Atlas estuve dos años y me fui a probar a Boca Juniors, con 16 años ahí hice inferiores dos años y debuté en primera a los 18”.
Recuerda con mucha alegría tanto su debut en Atlas como en Boca Juniors, “el debut fue lo más lindo, en Atlas fue muy lindo porque tenía 14 años y jugaba con mayores de 25 y 30, después llegar a Boca y debutar a los 18 años tan chiquito era mi sueño, venía de un barrio muy humilde y llegar a la primera de Boca era un sueño, debutar en primera no me lo saca nadie no me olvido nunca”. Los recuerdos de aquel debut en el equipo de sus amores es algo que lo tiene bien marcado, “cuando empecé a concentrar dos días, cuando me dijeron que iba a ir al banco, no podía dormir, sentía muchas cosas, estaba ansioso, fue algo muy lindo, inexplicable” relata.
Para llegar a ese momento tan soñado tuvo que realizar muchos sacrificios, tanto él como sus padres que siempre lo apoyaron, de hecho él debía salir entre las 4 a 5 de la mañana todos los días para poder llegar desde su barrio hasta los entrenamientos con la primera de Boca, por si fuera poco, aún quedaba lo más difícil, ganarse un espacio en el equipo más aún en su posición, “siempre fui enganche, en el mediocampo de Boca me ha tocado jugar por izquierda y por derecha, estaba Riquelme y se hacía difícil jugar, así que tenía que buscar otra posición, pero me gustaba jugar de enganche suelto por toda la cancha”.
Superando todos los obstáculos que se ponían, logró cumplir todos los sueños que tenía, ser figura y aportar no solo en los triunfos del equipo xeneize sino ser protagonista para alcanzar títulos importantes, como en 2008 donde marcó uno de sus goles favoritos ante San Lorenzo que le significó el campeonato.
Pero en la carrera de Chávez habían muchos más logros por escribirse, “cuando en 2011 hice un buen campeonato, salimos campeones invictos, fui la figura del torneo y tuve la oportunidad de ser convocado a mí Selección, primero Sabela luego Batista me llamaron, ahí dije hice todo en mi carrera, jugar con Messi, estaba también Tevez, Agüero, estaban todos, me acuerdo de esa mesa en las concentraciones y no me puedo olvidar, llegar a la Selección es lo máximo, hoy ya no puedo pedir más nada, agradezco a Dios por hacer una linda carrera”.
Para ese momento ya había salido campeón del fútbol argentino con Boca Juniors en un par de oportunidades, también se coronó campeón de la Copa Sudamericana durante por su paso por Lanús y por si fuera poco, alzó la copa de campeón con Boca de la tan ansiada Libertadores en 2007. Un torneo que años después le deparó llegar a un país que no lo imaginaba, Bolivia.
“Nunca me imaginé venir a Bolivia, me fui a Europa que tampoco me imaginé y van pasando las cosas que tienen que pasar, estaba en Grecia y no sabía que iba a pasar con mi futuro, estaba por retirarme, le había dicho a mi familia que quería disfrutar de ellos pero ellos querían verme jugar, mis hijas querían verme jugar y salió justo esto de jugar la Copa Libertadores, a mí me encanta jugar la Copa Libertadores, me motiva, y se dio que Wilstermann iba a jugar en un lindo grupo, me motivó eso y me vine” cuenta Chávez al admitir también el gusto que tienen los argentinos por la Libertadores, “los hinchas mi país prefieren ganar una Libertadores que ir a un mundial, es una copa muy linda, muy competitiva, tienes buenos equipos para enfrentar, todos quieren jugar, es hermoso”.
En su primer año en Bolivia tras una gran participación en dicho torneo continental llegó el título de campeón con el equipo aviador en una de las definiciones de campeonato más emocionantes que se vivió en el país en los últimos años. En Sucre, tras una larga tanda de penales, en el tercer partido final disputado ante The Strongest, los rojos en ese momento dirigidos por Alvaro Peña se coronaron campeones, “estaba nervioso, nunca me había pasado patear tantos penales en una final, jugar tantas finales, fue muy lindo las tres finales, fue muy parejo y creo que con el campeonato que hicimos nos lo merecíamos”.
Aún con todos los títulos que trae encima, multicampeón en su país, campeón continental de los dos torneos de clubes que se disputan en Sudamérica, habiendo jugado en su Selección y marcado goles, se ilusiona con seguir regalando alegrías a los hinchas de su actual club, “cada día aprendo, mis sueños ya están cumplidos pero siempre uno quiere más, ganar la Libertadores con Wilstermann sería otro sueño, es difícil pero sería lo más lindo, llegamos a cuartos de final, eran dos pasitos más y estábamos ahí, queda seguir”.
Lo que sí tiene muy claro, es el cariño que le tomó al club rojo del valle, “acá estoy cómodo, estoy contento, la gente me quiere, me gusta jugar aquí, sé que cuando llegué, no lo hice de la mejor forma pero confié en mis cualidades y por eso renové mi contrato, porque me gusta la ciudad, el equipo, la hinchada, mi familia está contenta acá, nunca digo nunca pero en Wilstermann me siento como en mi casa y ellos tienen la prioridad”.
También tiene muy claro las opciones de trabajo aceptar tras su retiro como futbolista, “tengo muchas cosas para trabajar en el fútbol, como ayudante de campo con Martín Palermo que somos muy amigos y tengo las puertas abiertas ahí, no sé hasta los cuantos años voy a jugar, tengo la ayuda de mi representante que también quieren que me sume ahí, pero primero disfrutar de mi familia y mis hijas porque tengo 15 años de carrera y a la familia la veo 4 a 5 días en las vacaciones y tengo que volver a trabajar”. Mientras llega ese momento, el rojo aviador y el fútbol boliviano disfrutan cada fin de semana del talento de un argentino de sangre ganadora que le vino a sumar categoría al fútbol de nuestro país.