Hablar y recordar a Ramiro Castillo es poner en la palestra al máximo exponente hasta nuestros días de la agilidad y sagacidad del futbolista yungueño. Hijo pródigo de su natal Coripata. Con tan solo 15 años y los sueños de gloria comenzando a dar sus primeros pasos, hasta escribir una de las historias más lindas del futbol boliviano.
A. Amistades.
Sus primeros años como gualdinegro le brindaron muchas amistades, entre las más entrañables sería la de Luis Iriondo, emblema atigrado desde el desastre de Viloco. Con Iriondo como mentor, el joven “chocolatin” tenía una escuela de vida que lo complementaron como jugador y persona.
B. Bulliciosas.
Su transferencia de The Strongest a Bolívar fue una de las más bulliciosas en la historia liguera, debido a que fue un símbolo para los atigrados. Pese a que fueron pocos los meses que actuó con la casaca celeste, dejó su sello de habilidad particular y visión de juego.
C. Chilenas.
“Era chiquito, flaquito, gambeteaba a todos, incluso a los más grandes en los partidos de fútbol que se armaban en el atrio de la iglesia de Coripata. Hacía chilenas espectaculares sobre el cemento”, recuerda Eloy, su hermano mayor, quien jugó como arquero.
D. Década.
En uno de los programas de televisión de Cucho Vargas se eligió a Castillo como uno de los personajes del año a finales de la década de los años 80 del siglo pasado.
E. Estudioso.
Fuera de la cancha marcó diferencia al tratarse de una persona inteligente, gran lector y muy estudioso.
F. Fundó.
Iván, el menor de los Castillo futbolistas, cuenta que Ramiro fundó su escuela en el Centro Don Bosco de Ciudad Satélite. “Creo que fue en 1992 o 1993, su idea era que 95% de los alumnos fueran de El Alto y 5% chicos de los Yungas. Los colores distintivos en el inicio fueron el blanco y el morado”.
G. Gráfico.
En su paso por River Plate fue tapa del gráfico como figura del partido que el Millonario le ganó 1 a 0 a Platense, en la foto se podía apreciar al Chocolatin perseguido por Darío Scotto.
H. Homenaje.
La Alcaldía de la sede de gobierno le rindió homenaje póstumo bautizando una larga avenida que pasa por Villa El Carmen, Chuquiaguillo, hasta la tranca de Urujara, camino a los Yungas, además de una pequeña plaza en la zona de Llojeta. En Coripata, su pueblo natal, se le hizo justo homenaje con el estadio municipal.
I. Imagen.
Hoy en día, la imagen de Ramiro Castillo luce en el muro de los talentos de su natal Coripata. Su imagen fue, es y será una fuente de inspiración para el fútbol yungueño, cuna de talentos innatos en el balompié nacional.
J. Jugando.
Pucarani, 31 de Octubre, Mariscal Braun y Municipal, clubes de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP), lo tuvieron jugando en el inicio de su carrera. Hasta que Hans Soliz en ese entonces técnico de Municipal decidió llevar al Chocolatin al club The Strongest,
K. Kilos.
Un jugador de cuerpo aparentemente frágil (1,68 de estatura y 65 kilos de peso), pero de enorme resistencia física. Con The Stronget fue campeón 1996, y en ese equipo uno de sus compañeros fue Eduardo Villegas: “Fue una persona muy cordial y muy alegre, reilón, porque siempre estaba haciendo un chiste; pero muy serio a la hora de trabajar, porque se exigía al máximo. Fue un jugador muy talentoso, podía salir a la izquierda o derecha con un regate. La verdad, un jugador muy técnico que tuvo Bolivia. Era de los notables sin ser un malabarista”.
L. Leal.
Era un tipo derecho y leal , expresó emocionado el central internacional chileno Ronald Fuentes, quien agregó: le podías pegar todo el partido y él no te decía una palabra
M. Mendoza.
Con tan solo 18 años Ramiro Castillo estrechaba la mano de don Rafael Mendoza Castellón para sellar su primer contrato profesional y comenzar a trazar su historia.
N. Nito.
Nito Veiga lo dirigió en los días felices de aquel Argentinos que peleó el título con Oscar Dertycia como goleador y sobre él dijo alguna vez: “Si Chocolatín tuviera la camiseta de Argentina o de Brasil, valdría millones de dólares”.
O. Octubre.
El 18 de octubre de 1997 quedará en la historia como un día nefasto para el fútbol boliviano. Fue el día de la despedida del crack hacia la eternidad. El dolor por la pérdida de su hijo Juan Manuel cambió la vida de “Chocolatín”, quien pocas semanas pudo aguantar antes de tomar la decisión de partir de ese mundo.
P. Política.
“Los pies de este chico están llenos de dólares”, decía la gente que lo veía jugar en su natal Coripata. No se equivocó. Ese talentoso niño llegó a lo más alto. The Strongest, Bolívar, River Plate… un Mundial. Ramiro Castillo Salinas fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol boliviano que, por sus ideales, quería dedicarse a la política.
Q. Quería.
Era sencillo y tranquilo, pero a la vez era sincero y sin pelos en la lengua. Desde los futbolístico, le gustaba analizar los partidos luego de finalizados y quería ser un formador de jugadores, trabajando con los juveniles. Vladimir Soria, compañero suyo en el Bolívar, dijo “hubiera sido un gran formador, por el espíritu y dedicación que mostraba por los jóvenes”.
R. Record.
Ramiro Castillo, es poseedor de un récord del fútbol argentino: es el boliviano con más apariciones, con 146 partidos jugados y 10 goles convertidos.
S. Sobrenombre.
El periodista Mario Cucho Vargas inventó el sobrenombre de Chocolatín. “Le puse ese seudónimo porque era tan sutil su accionar en el campo y tan fino, que con el color de su piel fue un Chocolatín agradable que llenaba los ojos; además era un hombre muy correcto”.
T. Técnica.
Castillo poseía una exquisita técnica y una gran entrega física, pese a tener un físico delgado. Fue uno de los grandes protagonistas para que los celestes alcanzaran el título en la temporada 1997.
U. Último.
El 6 de octubre fue el último partido que jugó el Chocolatín. Fue con la casaca de Bolívar que venció por 3-1 a Destroyers, por el torneo de la Liga. Castillo anotó el primero gol del cuadro académico. Ése fue su último tanto.
V. Verde.
Con nuestra Verde disputó 56 encuentros y marcó 5 goles. Disputó la Copa del Mundo Estados Unidos 1994 y las copas América Brasil 1989, Chile 1991, Ecuador 1993 y Bolivia 1997, subcampeón en esta última.
W. Wilfredo.
En 1984. De entrada impresionó a Wilfredo Camacho, entonces DT del Tigre. Debutó en un clásico amistoso y de volea le hizo un golazo a Bilbao, en esa época arquero de Bolívar. Desde ese día fue titular indiscutible, dueño de la camiseta número 10.
X. Xavier.
Fue parte de la “generación dorada” que en 1993 se clasificó al Mundial de Estados Unidos del año siguiente, comandada por Xabier Azkargorta, el vasco que había vuelto al comando de la Verde. No pudo jugar los dos primeros partidos, contra Alemania y Corea del Sur.
Y. Yungas.
Nacido en Coripata, provincia Nor Yungas de La Paz, el 27 de marzo de 1966, el Chocolatín siempre estuvo orgulloso de sus raíces y siempre amó su tierra y se ocupó de apoyar el talento de su pueblo.
Z. Zof.
De la mano de Ángel Zof, el Chocolatin se convierte en el primer jugador boliviano en jugar oficialmente para Rosario Central, hábil y veloz; disputó en la temporada 1991-92 un total de 16 partidos.