La carrera normal y natural de un jugador inicia en alguna escuela de fútbol, al pasar los años y luego de realizar su etapa formativa debuta profesionalmente con un club donde busca mostrarse para alcanzar el sueño máximo de todo futbolista, vestir y defender los colores de su país siendo convocado por su Selección.
Pero en Bolivia, existe una historia de un futbolista que comenzó su carrera vistiendo la Verde, se trata del delantero Gilbert Álvarez, una de las figuras del club Wilstermann actualmente y quien ha tenido una carrera poco común desde su inicio.
De hecho, el puesto en la cancha que más le gustaba estaba lejos del que ahora tiene, su pasión por el arco siempre existió pero desde niño él fue arquero, “comencé desde mis 6 a 10 años de arquero, le hacía más al arco, hasta ahora me gusta el arco, cuando voy de vacaciones me pongo a atajar con los amigos, cuando tengo posibilidad lo hago, eso me quedó de chico, yo creo que si no hubiera sido delantero me hubiera dedicado al arco” explica el propio jugador.
Su historia comenzó en el club Destroyers, “en Santa Cruz al frente de mi colegio había una cancha, fui con mi hermano mayor a hacer una prueba, ahí justamente estaba entrenando la pre infantil de Destroyers, nos fue bien y ahí empecé mi carrera y mi sueño que es el fútbol” justamente es jugando en este club donde cambia de posición en la cancha, “cuando estaba en Destroyers y mi hermano estaba en San Martín, nos enfrentamos, el me hizo tres goles y desde ahí se me acabó el arco, busque otro puesto y me fui de delantero, incluso en ese partido antes de que mi hermano me marque el tercer gol yo le rompí la polera para que no me haga más goles” recuerda la anécdota que no solo marcó su niñez sino que cambió su carrera.
Se puede decir que la carrera de Gilbert comenzó con el postre, con lo más dulce, pero aunque se le presentó una oportunidad que muy pocas veces se da a un futbolista, fue el con su trabajo y dedicación quien logró dar los pasos para avanzar y tener una carrera larga, “mi debut profesional fue en la Selección el 2009, veníamos de un Sudamericano Sub 17 en Chile donde el profe Erwin ‘Platini’Sánchez nos invitó a tres jugadores a entrenar y mostrarnos en la convocatoria, él nos dijo que no éramos invitados sino que éramos uno más y que dependía de nosotros estar en la lista final para el partido. Así que tuve la suerte de estar en la lista final, estuve en los partidos frente a Venezuela y Chile. Poder debutar a mis 17 años sin ser profesional porque yo estaba en el club Calleja de la Tahuichi, fue algo único e inolvidable, solo tengo palabras de agradecimiento al profe ‘Platini’ por darme ese privilegio”.
Desde ese momento hasta ahora el jugar para Bolivia en la Selección es lo mejor que le ha pasado y le puede pasar, “es un sentimiento único, poner la mano en el escudo, cantar las sagradas notas de nuestro himno, se te eriza la piel porque es algo extraordinario, porque ves que todo el trabajo que haces día a día tiene su recompensa, estar en la Selección para mi es lo máximo, es algo único e inexplicable, cuando entras a la cancha es algo maravilloso” explica emocionado el delantero.
Pero las buenas noticias siguieron llegando en su carrera, ya que el próximo año tuvo su primera experiencia fuera de Bolivia, “era parte de la academia Tahuichi y el 2010 me prestaron por un año a Cruzeiro de Brasil para que termine mi formación, ahí la verdad que una experiencia inolvidable, única, donde aprendí muchas cosas, aprendí el cuidado personal que tiene que tener un jugador profesional, practicar la pierna menos hábil, dedicarle tiempo al gimnasio, los suplementos alimenticios, ese tipo de cosas, fue algo que hasta ahora lo recuerdo, fue algo inolvidable que me ayudó a crecer como jugador”.
Con toda esa experiencia acumulada a los 18 años retorna al fútbol boliviano para tener su debut en la entonces Liga ahora División Profesional, “mi debut profesional fue en Potosí ante Nacional Potosí yo estaba en The Strongest”. Posteriormente pasó a filas del club Real Potosí donde marcó más de 25 goles en dos temporadas, para luego llegar al rojo aviador donde ha conseguido ser campeón, ser el goleador del club y una de sus principales figuras actuales.
Pero en medio de estos últimos cuatro años de su carrera donde se ha ganado el cariño de los cochabambinos a cuenta de goles, tuvo una nueva experiencia como legionario, esta vez en el fútbol árabe, en el club Al Hazm, donde tanto él como su familia tuvieron que hacer un cambio radical en sus vidas, “fue un cambio brusco por la cultura que era el mundo árabe, llegas allá y quedas sorprendido con el idioma, la religión, la comida, la verdad fue un cambio brusco para mí y mi familia, extrañas todo. A nivel personal nos sirvió mucho, ver un mundo diferente, aprender otra cultura, era algo difícil la adaptación para mí y mi familia, nos trajimos muchas enseñanzas, como aprender a valorar muchas cosas”.
Pero su carrera también estuvo a punto de acabarse antes de vivir todas estas experiencias, “la temporada 2012-13 casi dejó el fútbol por un problema de lesión, un desgarro se me hizo crónico, caminaba y sentía que estaba desgarrado, tuve que parar un año y tres meses, estaba sin equipo porque de Guabirá me echaron por la lesión porque no podía recuperarme. Fueron dos años en realidad muy duros, estaba sin trabajo, pensaba en dejar el fútbol”.
Habiendo superado todo esto y logrado trabajar por sus sueños es que tiene dos goles importantes, “el gol más importante fue conocer a Dios, es algo fundamental en mi vida personal y futbolística, es algo único, siento en cada partido la bendición de él, mi otro gol son mis hijos, tengo dos, ellos son los que te cambian el chip, te cambian la motivación”.
Justamente su familia ha sido un pilar fundamental en toda su carrera y ahora puede disfrutar de jugar junto con su hermano en Wilstermann, “La familia es lo más importante que uno tiene, es el pilar fundamental por el que uno lucha, se esfuerza, da lo mejor posible para que ellos estén orgullosos de lo que uno hace, son la motivación de cada partido yo tengo la llamada de mi padre, de mi madre, de mis hermanos antes de cada partido, mi esposa mi hija están ahí para darme ese aliento. Los fines de semana son esperados en mi familia porque yo y mis hermanos jugamos al fútbol ahora tengo a mi hermano Willan conmigo en el club”.
Gilbert tiene sus metas claras, “A nivel club es poder hacer una gran Copa Libertadores, tenemos un gran plantel para poder conseguirlo, hemos conseguido llegar a cuartos de final y sabemos que en esta Copa podemos dar más, representar bien al país. A nivel Selección el sueño que todos tenemos es poder clasificar al Mundial, tenemos un gran cuerpo técnico a la cabeza del profe Cesar Farías, estamos trabajando para ello, esperamos que se nos pueda dar y mi objetivo personal es de poder salir a una liga competitiva, por eso aprovechar la gran vitrina que es la Libertadores y la eliminatoria”.