El amor por el fútbol comienza a temprana edad en el colegio La Salle, de una forma bastante amateur que se resumía en disputar amistoso y el esperado intercolegial. Una vez fuera del colegio, el destino lo llevó al epicentro de la operación retorno del Club Bolívar, donde de la mano del Padre Vera se presentó a las pruebas, se veían futuras figuras como Rene Lafuente, Mario Mercado, Reyes Salamanca, entre otros. En un solo día con la mirada de Fortunato Castillo y Abdul Aramayo campeones sudamericanos empezaba su carrera profesional.
Vinicius Da Silva le dio los primeros destellos de confianza y también el mismísimo Agustín Ugarte fiel a su apodo apoyo al entonces joven Issac Mollinedo. Su debut fue en un partido contra Emelec de Ecuador, posteriormente disputó la copa Libertadores de América, siempre defendiendo el escudo de la academia.
Su carrera como jugador profesional fue breve debido a una lesión de rotura de ligamentos cruzados, que desafortunadamente se convirtió en un problema crónico que le obligó a dejar las canchas, mas no el fútbol, en 1965 junto con Abdul Aramayo crean la Academia ABB, aportando al balón pie boliviano desde su nacimiento, organizaron el primer torneo de escuelas en el Estadio Hernando Siles.
1969 Rafael Mendoza apoya a la academia ABB prestado un predio para entrenar eso premiando la entrega a las divisiones menores. Issac Mollinedo en su faceta como entrenador tuvo innumerables logros con la academia lo ganó todo y por si fuera poco con la selección paceña en dos años consiguió cuatro títulos, y firme a su ideología siempre aprendiendo de figuras como Bilardo, Bernanrdo Griffa y Menotti.
Para el profesor Issac el fútbol es su vida, “A mí que me entierren en una cancha” así lo afirma mostrando el infinito amor por el balón pie y es un ejemplo de entrega a la formación de jóvenes y de los valores del deporte.