Bolivia tiene contados logros deportivos, pero en estos equipos que lograron la gloria a nivel internacional existen grandes futbolistas que dejaron su huella no sólo en el fútbol boliviano sino también en el latinoamericano y hasta europeo.
Uno de ellos es Ramiro Blacut, quien además de ser campeón sudamericano con la Selección Boliviana, fue el primer latinoamericano en jugar la Bundesliga, por eso en esta edición de Cábala es un honor plasmar en nuestras páginas sus anécdotas y su historia contado por el mismo.
Su historia con el fútbol comenzó cuando él jugaba hockey sobre patines en el colegio Domingo Sabio, Blacut junto con su grupo de amigos eran del Colegio Alemán, fue ahí cuando un futuro cura lo invitaron a ser parte del torneo interno de sacerdotes, donde los equipos llevaban los nombres de Bolívar y Always Ready, “el cura Vera era un supuesto futuro padre y era hincha del Bolívar y el otro era Micky Jimenez que era también periodista y era también hincha de Always Ready, a mí me hablaron los de Bolívar para que juegue en su equipo, nos citaron para ciertos campeonatos y jugábamos los sábados en la tarde o domingos en la mañana”.
Con el transcurrir el tiempo el cura Vera se hizo cargo de la cuarta división especial del club Bolívar, “el financiaba los entrenamientos, jugábamos en el estadio con las otras categorías de los otros clubes de primera, a veces nos llamaban a los entrenamientos de la primera, los clubes no les pagaban nada a sus profesionales sino les daban trabajo”.
El equipo profesional de Bolívar entrenaba a las seis de la mañana y al medio día tres veces por semana, los sábados jugábamos los equipos de la B y los domingos los profesionales, fue entonces cuando lo invitaron a entrenar junto con el primer equipo, “yo fui encantado de entrenar con los profesionales como invitado, al segundo año ya me subieron a la reserva, yo tenía recién 14 años, entrenábamos poco porque los jugadores profesionales tenían que trabajar. Algunos trabajaban en bancos o instituciones de los mismos dirigentes, en oficinas de aduanas, en oficinas como FANAL como Mario Mena”, en aquel entonces los jugadores que formaban parte del primer equipo eran “Ugarte, Mena, Santos, Papaya Sanchez, jugadores realmente de primera” recuerda Blacut.
Estuvo en la reserva por un año, cuando cumplió 15 años recibió otra invitación, “el entrenador del club era un ex jugador de Bolívar, y ese señor en medio tiempo de un partido entre reserva con la primera me llama si me interesaba jugar el partido del jueves en la noche contra el Internacional de Oruro en la primera y si podía hacerlo de puntero derecho, yo siempre era 9 o 10, delantero con mucho gol, le dije que encantado y que me animaba a jugar”.
El jugador tarijeño Hugo Flores que era el titular en ese puesto estaba lesionado, en el segundo tiempo de ese partido práctica Blacut ya era parte del primer equipo, “Jugué ese partido y mi compañero el 8 era el Maestro Víctor Agustín Ugarte, con el me hice amigo, a él le gustaba la gente joven, la gente disciplinada y el me hacía jugar como él quería porque era un Maestro. Debuté de número 7 y de ahí me quedé para siempre, no me cambiaron nunca más, me quedé de titular desde los 15 años”.
Un año después el club Always Ready que tenía como dirigentes a empresarios alemanes quienes planifican un viaje a Europa para disputar partidos amistosos, como la idea era jugar con equipos de primera división quisieron llevar una especie de Selección Boliviana por lo que eligieron jugadores de distintos clubes, sin embargo surgió un problema, los futbolistas de primera no vivían del fútbol, tenían empleos con horarios normales por lo que se les imposibilitaba viajar y dejar de trabajar. “los seleccionados no podían ir, querían ir pero no podían ir porque tenían que trabajar para sostener a sus familias, ahí deciden que harían una selección juvenil de jugadores de primera pero jóvenes que podían disponer de su tiempo”.
La gira fue todo un éxito, “teníamos 2 partidos inicialmente confirmados, pero se iban haciendo partidos conforme íbamos convenciendo o no, los dos partidos jugamos bien en Berlín contra equipos de primera como el Herta Berlin, el Alemania Hagen” finalmente llegaron a jugar 27 partidos en tres meses y medio yendo por muchos países europeos.
“Pasando por España fuimos a Grecia a jugar tres partidos contra el Olimpiacos, Panathinaikos igual clubes de primera. Jugábamos domingo, miércoles, domingo, no había tiempo para nada porque en medio de los partidos teníamos que viajar. Por ejemplo jugamos en Berlín, teníamos que ir a Dinamarca, viajamos toda la noche llegamos a las cinco de la mañana y a las once ya era el partido. La gira fue fabulosa, nos trataron muy bien, no entrenamos ni una vez, solo jugábamos, el equipo se fue haciendo a medida de que jugábamos” relata el veterano futbolista.
En esa gira se da la primera opción para que su carrera continúe en tierras europeas, “Panathinaikos quería contratarme pero los dirigentes dijeron no es nuestro jugador tenemos que devolverlo a su club cuando volvamos a Bolivia, no había conocimiento de cómo hacer una transferencia de ese tipo, ofrecían cien mil dólares por el pase”, lamentablemente el fichaje no se dio y volvió a Bolivia inmediatamente a jugar.
Una semana después de la gira jugó en la goleada al Atlanta de Argentina por 7 a 0, luego pasó a filas de Ferrocarril Oeste, en toda su carrera siempre estuvo presente la educación, de hecho fue una de las condiciones para que partiera al club argentino a jugar. Es entonces cuando es convocado para la Selección Boliviana que jugó el torneo sudamericano donde Bolivia era anfitriona con dos sedes, La Paz y Cochabamba.
“La concentración era en Cochabamba después de navidad, yo llegué de terno azul, me bautizaron, me tiraron vestido a la piscina del colegio militar que era puro barro porque no la utilizaban” en ese momento Blacutt tenía una inflamación en el pie por una picadura de un insecto que le había infectado el talón, “no teníamos médico, el kinesiólogo me dijo que solo era bolsa de sangre que la podía cortar para que salga la sangre y que no había problema, me cortó con un gillete que no estaba limpio y me agarró una infección tremenda, llegue directo a la clínica”.
Su compañero de habitación en la concentración era el Maestro Víctor Agustín Ugarte, pero antes del primer partido Blacut estaba en la clínica y llegó otro jugador con un cuadro de apendicitis, “la enfermera me dice que llegó un jugador y tenían que ver si lo desinflamaban hasta mediodía sino no iba a poder jugar, y pregunté quién era ese jugador y era el Maestro Ugarte”.
Blacut no pudo ser parte del primer partido por su lesión, sorprendentemente el barro de aquella piscina ayudó a que se recuperará, “el barro de mi bautizo me sanó porque se secó mi infección, yo vendado entrenaba y después me metía al barro para que me cure y pude jugar el segundo partido”.
Este torneo sudamericano fue dramático, lleno de anécdotas, por ejemplo el partido contra Argentina fue inolvidable, “Yo metí el segundo gol contra Argentina el penúltimo partido en La Paz ese fue un partido muy dramático, el que ganaba peleaba el campeonato contra Brasil, ese partido lo ganamos 3 a 2, lo más dramático fue cuando nos empataron, ellos tenían a Andrade de arquero, jugaba muy bien con los pies, Víctor Agustín Ugarte era quien pateaba los penales pero ya con 36 años estaba un poco de bajada, entonces el Chino Ramirez le pide al capitán patear y le dejan pero el arquero la sacó con el pie, la gente se quería morir, todo el estadio era lleno, ese empate le servía a Argentina. Ramirez estaba en el piso llorando, Camacho lo estaba consolando, yo vi que Castillo se avivó y sacó un tiro de esquina y le digo Wilfredo viene la pelota, se da la vuelta y metió un cabezazo aprovechando que los argentinos seguían abrazados festejando”.
“Ha sido un drama de un minuto en que se muere medio estadio, un minuto en que resucita todo el país, mucha gente que le estaba dando su infarto en un minuto por la viveza de Castillo y el cabezazo de Camacho hemos ganado la opción de jugar el tercer partido con Brasil en Cochabamba” recuerda con emoción Blacut, su recuerdo del último partido contra Brasil es el siguiente: “El último partido contra Brasil fue 5-4, el primer tiempo nos empataron 2-2, el segundo tiempo estábamos bien envalentonados y metimos el tercero, Alcocer entró en una jugada y lo fracturaron y el árbitro cobró penal y Ugarte hizo el gol. Ganábamos 5-2 pero Brasil era un equipo que estaba bien conformado, nos hicieron los dos goles y cuando estaba 5-4 nos defendimos los últimos 7 minutos”.
Como siempre remarcó que sus estudios profesionales estaban siempre presentes en su vida, tras el sudamericano en diferentes declaraciones menciona que se retiraría del fútbol porque partiría rumbo a Estados Unidos con su grupo de amigos para estudiar. Fue cuando se encontró casualmente en el Prado de la ciudad de La Paz con un amigo que lo invitó a estudiar con él en Alemania, “él me dice cómo te vas a retirar si eres campeón sudamericano, yo te invito a que nos vayamos”.
Karlsruhe fue el destino donde continuó su carrera y logró estudiar y seguir jugando profesionalmente, es así que mientras estudiaba el idioma alemán llegan hasta la puerta de su casa con una nueva invitación, “me vinieron a buscar a casa tres personas, un representante del consulado, un dirigente del Bayern de Munich y un boliviano y me dicen que quieren invitarme a Munich que estaba a media hora para jugar un partido amistoso”.
Aquel amistoso fue su llegada al Bayern donde se quedó tres años, “yo he jugado tres campeonatos allá, uno de la B y dos de la Bundesliga, hemos ascendido el primer año, he jugado muchos partidos, para el ascenso”, en aquel equipo pudo compartir con dos grandes jugadores de la historia como Beckenbauer y Müller, “cuando entrabamos a la primera profesional yo ya había cumplido 20 años y trajeron a Franz Beckenbauer dos años, él tenía 19 años recién cumplidos y lo llevaron con esa edad a jugar el mundial a Inglaterra y se lesionó la clavícula y jugaba vendado, allá solo se podía ser profesional desde los 19 años, también llegó Gerd Muller, el 9 goleador de la selección alemana”.
Con tantos recuerdos, momentos de gloria y superación, Ramiro Blacut es uno de los pocos futbolistas que quedan en vida de aquella gran Bolivia campeona sudamericana. Un ejemplo de dedicación y disciplina para los jóvenes, dejando la enseñanza de que una carrera profesional puede ir de la mano de los entrenamientos y las metas dentro del fútbol.