Roberto Carlos Fernandez figura, determinación y trabajo

November 29, 2021

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El mundo avanza y cambia constantemente, el fútbol no está exento a los cambios generacionales que la vida y su evolución ponen en el camino, de hecho, el fútbol ahora ha cambiado bastante al que se jugaba hace 20 años  y ni que decir al que se practicaba en los primeros años del profesionalismo.

En todo ese proceso los países van consolidando cada cierto tiempo distintas figuras, son pocos los futbolistas que llegan a trascender en la historia de sus selecciones, pero aún más particular es la aparición de generaciones doradas en determinados países. Hasta hace poco parecía que Bolivia estaba lejos de todo eso, no podemos negar que las constantes derrotas hacen que la primera opción para el boliviano no sea el creer en su selección o tener fe y esperanza de conseguir algún logro.

El camino ha endurecido el corazón de los bolivianos para con la Selección y los jugadores, la clasificación al Mundial en 1994 parecía ser la última generación dorada que tuvimos, pero todo cambió antes de la pandemia. Bolivia – con Cesar Farias como entrenador – encontró un grupo de jóvenes diferentes, con hambre de gloria, con mucho por trabajar pero con doble cantidad de compromiso para hacerlo, fue la Verde que jugó el Preolīmpico en Colombia.

Dentro de esa generación dorada que sin duda alguna nos traerá grandes logros y satisfacciones, que hoy en día acompañados de los más experimentados en Eliminatorias lo están haciendo, está Roberto Carlos Fernandez.

Roberto Carlos heredó su amor por el fútbol de su padre, “viendo a mi padre jugar y a la vez escuchando tan buenos comentarios sobre él, siempre me incentivó a esto y hoy es un sueño cumplido para los dos y para toda la familia” asegura el mismo. Su carrera comenzó cuando era muy pequeño, en Cachorritos Junior, luego pasó a Fútbol Club Camiri, posteriormente a Ismael Montes para finalmente llegar al club en el que debutó profesionalmente y le abrió las puertas, Blooming a sus 17 años.

Actualmente siendo parte Bolívar y un titular fijo en la Selección boliviana, siente que está viviendo todo aquello que soñaba de niño, para estar donde está tuvo que pasar ciertos obstáculos y tomar decisiones difíciles para todo joven como dejar a su familia y por sobre todo mantenerse motivado en los objetivos personales, “mantener el foco al levantarte todos los días y no desanimarte aunque las cosas no marchen tan bien” asegura.

Su debut a los 17 años en Blooming se da luego de bastante esfuerzo donde el entrenador boliviano Erwin Sanchez le da la oportunidad por la que tanto había trabajado, “Lo recuerdo con mucha alegría, fue muy difícil lograrlo y cuando estás ahí es cuando ves que todo lo que dejaste atrás para lograrlo ha valido la pena” recuerda ese momento.

Consolidarse a temprana edad no es fácil, a Roberto lo ayudó el entorno donde estaba, la clave creo que fue la confianza que me dieron los compañeros y el DT. Erwin Sánchez, a pesar de que convivimos con errores dentro de la cancha siempre me ayudaba a corregir y mejorar”, pero más difícil aún es mantener el equilibrio y la humildad cuando parece todo ir perfectamente los primeros años, “soy muy autocrítico, si algo no está bien o las cosas no salen bien, algo estoy haciendo mal. Y cuando parece que todo está bien aún así hay muchas cosas por potenciar. Además de eso siempre tengo a mi Padre que ve los partidos y me da su opinión respecto a todo lo que hago bien y todo lo qué hay que mejorar” explica.

Es así que llega un nuevo capítulo en su vida, su primera experiencia como legionario en el club Leonesa de España. “Se da luego de que el director deportivo de ese equipo vino a verme un partido. Luego de eso tuvimos una reunión donde me dejan en claro que querían contar conmigo, y es ahí donde empiezan a mover las piezas para poder llegar a España”. Esta primera experiencia quedará marcada para siempre en su vida, y él lo recuerda así: “Fue muy bonito, sobre todo por qué tenía compañeros que eran muy buenas personas, siempre había cenas de equipo y eso me ayudó mucho a engranar más y sentirme a gusto, a pesar de estar solo en España siempre estuve con amigos que me ayudaron a sentirme bien, también me apoyé mucho en la iglesia, iba muy seguido por qué me ayudaba a encontrar un poco más de tranquilidad y paz”.

Sin duda fue difícil estar lejos de su familia, “la enseñanza que me traje fue que nada es fácil y que para triunfar también hay que saber sufrir”. Pero el fútbol, cambiante como el solo, le tenia otros planes, debía volver al país pero esta vez para ser parte de Bolívar, una decisión que desde afuera fue muy criticada, pero que por sobre todo no afectó a Roberto Carlos, “las críticas van a estar siempre, el fútbol es así y yo no me hago problema con eso”. Actualmente es la principal figura del club Bolívar, su presencia en la cancha es determinante para la academia paceña y esto se refleja también en la Selección Boliviana.

Su historia con la Verde recién inicia, pero ya ha tenido capítulos dignos de guardarlos y repetirlos, “la Selección es el máximo orgullo que tiene un jugador, no hay jugador que no se sienta orgulloso de defender a su país. Eso es y siempre será así. Mi debut fue muy bonito. Lo recuerdo y aún me pongo nervioso o recuerdo las sensaciones que tenía en ese momento, es algo inexplicable”. Su debut en Eliminatorias se da ante Ecuador en La Paz, sin embargo el ya fue parte de la Verde en la Copa América de 2019 y 2020, además de los amistosos ante Japón y Francia que marcaron el inicio de su camino defendiendo la camiseta de todos los bolivianos.

Sin embargo fue poco antes de la pandemia en 2020 cuando en Colombia esa generación dorada que hoy ya nos regala bastantes alegrías comenzó a escribir sus propias victorias, “El Preolímpico fue el empujón que necesitábamos todos para darnos cuenta que en Bolivia hay talento y que solo se necesita trabajo y más trabajo. El DT César y su cuerpo técnico nos prepararon de una manera única, a veces 3 turnos en el día, a veces 2, pero él nos convenció de que lo que hacíamos estaba bien, de que el cansancio que teníamos se perdería y que nosotros jugaríamos de igual a igual ante cualquier selección. Nos convenció de eso y nosotros lo respaldamos en la cancha”.

Bolivia no pudo acceder a la fase definitiva del Preolímpico por un gol en el tiempo adicionado de manera excesiva en el último partido ante Perú, Roberto Carlos lo recuerda de la siguiente manera: “en ese momento yo ya había sido sustituido, recuerdo que estábamos todos ahí nerviosos y cuando nos convierten el gol se vino todo abajo, se fue toda la ilusión de querer llegar a los Juegos Olímpicos, sin duda alguna sentí mucha frustración y tristeza pero luego solo me quedó el deseo de revancha y se que esta nueva generación tendrá revancha y logrará cosas importantes”.

Justamente sentimientos, metas, objetivos como el que Roberto Carlos expresa son lo que hacen diferente a esta generación dorada que va dando sus primeros pasos para Bolivia, ¿Qué los diferencia del resto?: “No sabría decirte alguna diferencia del grupo, por qué la Selección siempre ha sido un buen grupo todas las veces que me tocó estar, lo que sí sé es que mientras más trabajo y tiempo se le dé a los que están a cargo las cosas irán mejor. Tal vez nuestro medio exige resultados rápidos pero no hay resultados sin procesos y hoy por hoy ese proceso está siendo reflejado en los resultados y en el juego, más allá de perder o ganar yo siento que el juego de Bolivia es cada vez mejor” respondió Fernandez.

Entre los entrenadores que han marcado su carrera están Roger Avendaño, Castor Suarez, obviamente Erwin Sanchez pero por sobre todo Cesar Farias, “el Profe Cesar Farias sin duda es el que nos repite mil veces que nosotros podemos darle mucho a nuestro país, tiene una confianza increíble en todos nosotros y es deber de nosotros salir a la cancha y respaldarlo”.

Dentro del fútbol boliviano Roberto Carlos tiene referentes, “al principio tenía como jugador a seguir a José Sagredo en Blooming, creo que era un jugador determinante en ese puesto”. También tiene cábalas, “Ver las fotos de mi familia en mis canilleras y besarlas antes de ponérmelas. Entrar con pie derecho a la cancha y mirar a mi ángel que está en el cielo, mi Abuelita”. Su familia es el pilar fundamental para su carrera, “Tengo una familia que me empuja todos los días a seguir adelante, no me presiono mucho con las cosas que quiero lograr

Siempre voy día a día, mientras yo me esfuerce y de lo mejor de mi las cosas irán cada vez mejor”.

Y todo su esfuerzo y trabajo le van regalando logros y momentos hermosos, como el gol en Eliminatorias a Paraguay, “Fue la más linda sensación hasta ahora en el fútbol, no lo podría explicar, siempre quise dedicarle un gol especial a mi abuelita que me cuida desde el cielo y en ese momento luego de celebrar agarré mis canilleras que tienen una foto de ella y la bese. Ese gol fue para ella y se que lo celebró igual o más que yo, sé que está muy orgullosa”.

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