Rojos y celestes son, por derecho propio, los abanderados y emblemas del fútbol cochabambino, son además de clásicos rivales sus pioneros. Con Wilstermann (1949) y Aurora (1935) llegó el profesionalismo a Cochabamba, fue en 1955. Son los dos únicos clubes vallunos que han logrado el campeonato nacional (15 títulos aviadores y 2 del equipo del pueblo) y los que tienen mayor vigencia en campeonatos oficiales, 78 Wilstermann y 57 Aurora.
Le siguen Petrolero (1950, creado por YPFB) y Bata de Quillacollo (1941, club de la fábrica Manaco) que debutaron en 1957. Petrolero dejó la Liga en 1993 y Bata en 1979. Bata, además, fue el primer club de provincia en jugar un torneo nacional.
Litoral, club auspiciado por la Policía, debutó en 1966 y obtuvo el subcampeonato nacional en 1968 lo que lo llevó a disputar una Copa Libertadores en 1969. Su última participación fue en 1970. En 1975 y por única vez, jugó el torneo nacional el club Tránsito. Otro pasajero efímero fue San Pedro que sólo disputó la versión de 1990. Orcobol (1990) llegó en 1991 a la Liga con bombos y platillos (tenía los colores de Boca Juniors) con un plantel con estrellas como Erwin Romero y otros. Auspiciado por una financiera de ese nombre jugó hasta 1992, año de la quiebra de la empresa nacida al amparo de la “plata dulce”. De parecidas características fue la llegada de Metalsan que jugó 2 torneos (1993 y 1994) antes de descender.
Los dos benjamines cochabambinos son dos clubes de ciudades intermedias: Atlético Palmaflor de Quillacollo que se sumó a la División Profesional en 2020 y Universitario de Vinto en 2022.
De los once equipos que aportó Cochabamba al profesionalismo nacional, sólo dos han hecho realmente historia. No debe olvidarse, sin embargo, que Petrolero disputó 20 campeonatos y que es recordado por haber sido la cuna de Ovidio Messa y que Bata jugó 8 torneos. Litoral participó en 4 y los otros seis clubes apenas en 2 o en 1.