La final de la Champions League de la temporada debía realizarse en Rusia, sin embargo tras los conflictos bélicos la UEFA determinó mover la sede de la final a Francia. El el Stade de France de Saint-Denis, París fue el elegido para conocer al nuevo campeón de Europa, escenario que se destaca principalmente por su multidisciplinariedad, ya que fue diseñado para eventos deportivos, conciertos, grandes espectáculos y animaciones.
En 1992 la FIFA eligió a Francia para la organización de la Copa del Mundo de fútbol de 1998, una de las condiciones era construir un estadio con aforo para 80 000 espectadores sentados y cubiertos, todo un reto para el Estado francés que en los últimos 70 años para ese entonces no había construido un estadio.
Fue inaugurado el 28 de enero de 1998 por el presidente de la República con motivo de un partido entre las selecciones de Francia y España, los presidentes de ambos países fueron testigos del gol de Zidane con el que los franceses ganaron y con el que oficialmente se dio por inaugurado. Ese mismo año el nuevo estadio fue parte del Mundial y fue testigo de la primera vez que Francia fue campeona del mundo derrotando a Brasil.
En cuanto al diseño, la propuesta ganadora fue la creada por 4 arquitectos que llegaron a fabricar una maqueta que fue sometida a ensayos en un túnel de viento para poder conseguir un diseño aerodinámico capaz de resistir ráfagas de viento de hasta 145 km/h. El político, Jacques Chirac fue quien supervisó de cerca el proyecto, mismo que trabajó en el proyecto de Disneyland París.
El perímetro exterior mide 1 kilómetro y el interior 400 metros, el techo está suspendido de 18 agujas en forma de jabalina, el vidrio es ligeramente opaco para atenuar los contrastes, para mayor comodidad de los espectadores y facilitar el crecimiento del césped. La cubierta integra todas las funciones de iluminación con 454 proyectores incorporados y de sonido con 36 conjuntos de altavoces, cada uno de los cuales pesa 350 toneladas. Además el agua de la lluvia se recoge en la cubierta sin que se vierta en la periferia y fluye por el sistema de tuberías de las agujas.
La originalidad del césped se debe principalmente a la calidad del suelo, compuesto por sustratos llamados Lavaterr, elaborados con rocas volcánicas. Sobre la primera capa de drenaje con granulado volcánico Lavalit reposa un segundo elaborado con una mezcla de rocas volcánicas trituradas, arena de cuarzo y materias fertilizantes.