La historia del fútbol boliviano tiene grandes nombres y grandes figuras que lograron llevar nuestra bandera por el mundo logrando ser reconocidos, aplaudidos y ovacionados en distintas partes del mundo. Uno de ellos – sino el máximo referente – es Marco Antonio Etcheverry.
Etcheverry, más conocido como ‘El Diablo’, logró ser reconocido en el mundo entero por su calidad, talento y brillantez con el balón. Cuando en el mundo siempre – incluso nosotros – tuvimos como estrellas soñadas a brasileños, argentinos, ingleses, Etcheverry se ganó con trabajo y dedicación un espacio en las paredes de los hinchas, en los salones de la fama en Estados Unidos y en los corazones de los que amamos este deporte.
El mismo describe su carrera como: “Lo máximo, el fútbol para mí fue increíble, la relación con la gente, todo lo que encierra el fútbol es mágico”. El ‘Diablo’ disfrutó desde el inicio su carrera, “trabajé duro siempre, mi familia siempre me apoyó y desde que me tocó entrar a los 8 años a la academia Tahuchi fue un sueño todo, fue lo máximo. Yo decía quiero ser profesional, quiero ir al Mundial y se me cumplió todo, llegar a ser parte de un grupo que hizo historia, mi carrera que fue muy linda, fue hermosa a los 15 años salí mejor jugador de un torneo en Europa, a los 16 años fui el mejor de América, goleador, mi carrera fue una maravilla” recuerda.
De hecho es el único jugador boliviano en jugar 3 mundiales, dos de ellos en categorías juveniles, en China 1985, Canadá 1987 y el de la selección mayor en Estados Unidos 1994. Justamente este último que es la hazaña más grande en nuestro fútbol significó un momento muy importante para Etcheverry, “Lo del Mundial, yo jugué dos mundiales antes, juveniles, este era mi tercer Mundial, fue espectacular, fue hermoso, fue único y lo más complicado. Bolivia lastimosamente no es una selección que es asidua a los mundiales, siempre tenemos la esperanza y soñamos pero eso fue lo máximo”.
Sin duda los años 93 y 94 son un hito en Bolivia y así lo fue para Etcheverry en su vida profesional y personal. Él jugaba en Colo Colo y en un partido ante la U de Chile, en el mejor momento de su carrera, sufrió la lesión en los ligamentos de la rodilla que pudieron haberlo dejado fuera del Mundial, fue por decisión propia que la historia fuera diferente, “tenía tanta ansiedad, tantas cosas encerradas porque fue una frustración muy grande no llegar sano al mundial, llegué sano pero no estaba preparado. Mi rodilla estaba sana pero no tenía músculo, no tenía potencia, no tenía nada; me arriesgué mucho al jugar porque pude destruir mi carrera, no tendría que haber jugado. Le agradezco eternamente al profe a mis compañeros de haberme hecho entrar a jugar, de haberme apoyado porque no había entrenado nunca, fue un regalo un cariño inolvidable y lastimosamente me expulsaron. Llevaba encerrado mucho tiempo, siete meses trabajando duro, yo entré a la cancha a los siete meses, hice un esfuerzo increíble. Entrar a un mundial es un sueño cumplido”.
Todas las emociones juntas que vivió ‘El Diablo’ en ese momento incluso hicieron que no se acordara en lugar de quien entró a la cancha o detalles de cómo vivió ese día, “Volví a mirar en la tv porqué jugador había entrado, porque no me acordaba, la ansiedad que tenía y todo lo que tenía, no me acordaba que yo había entrado por William. En la pandemia cuando empecé a mirar partidos a recordar ahí me di cuenta que había entrado por William Ramallo. Fue algo muy lindo y especial, no me acuerdo las cosas, me acuerdo la seguridad, las carreteras, los autos, los policías, teníamos un helicóptero sobre nosotros algo a otro nivel, pero detalles no me acuerdo. Recuerdo algo del vestuario y cuando me gritó Azkargorta a calentar y ahí se me borró la película, fue algo emocionante, lindo y único”.
Sin embargo en ese momento donde los sueños de todos se volvían realidad y la euforia de haber logrado la hazaña emocionaba a todos, se suscitaron momentos que pudieron haber cambiado la historia, por ejemplo ‘El Diablo’ estuvo cerca de dejar la Selección. “En el proceso con el profesor Azkargorta, cuando volvía a jugar, nunca peleamos, nunca discutimos pero tuvimos una reunión donde yo le transmití que no estaba cómodo y que no quería ser malo para el grupo y prefería salirme e irme a mi casa. Me acuerdo que conversamos casi 5 horas y el profe era un tipo muy inteligente, me mostró ejemplos y con un libro terminé llorando, terminamos muy bien y seguí”.
Pero la carrera de Etcheverry va más allá de aquel mundial y es eso lo que engrandece su trayectoria, ya que donde fue dejó en alto el nombre del país y no solamente es recordado por los hinchas sino admirado y homenajeado por los clubes en los que pasó. Su primera salida al fútbol del exterior fue a España, donde los recuerdos le dejan con un sabor amargo, “Tengo una frustración y fue no haber explotado en el Albacete y fui como máximo ídolo, la contratación estrella y no exploté por culpa mía. Fue algo psicológico tuve una ansiedad de un 97%, tres puntos más y me volvía loco. Fue algo especial tengo un lindo recuerdo que el presidente me dijo ‘Marco este año no te quedas con nosotros y después no te voy a volver a comprar’ porque sabía que yo podía rendir mejor”.
En el otro frente de su carrera están los años dulces y dorados que vivió en Chile, “Colo Colo, Barcelona, Emelec, América de Cali, jugué en puro equipos grandes pero Colo Colo tiene algo muy único porque vivía a otro nivel, fui el súper ídolo en ese momento, la gente, los periodistas, se metieron a mi casa dos veces los periodistas como paparazzi, cuando me di cuenta estaban en mi habitación. Fue algo único, los hinchas ni hablar”.
Otro momento fuerte de su carrera se da con su salida del club Bolívar, “Cuando me fui de Bolívar renuncié a un dinero muy importante porque lastimosamente me fui enojado con una persona que le tengo un cariño muy especial, fue muy buena gente conmigo pero me fui mal por una mala comunicación. Me quedaron debiendo un dinero muy importante, yo le dije no importa no me paguen, quiero irme al exterior. Renuncié a la mitad de lo que me debían, me acuerdo que a este dirigente le dije en Chile, con lo que me deben páguenle a los jugadores y casi nos agarramos a los golpes. Le dije a mi representante que se salga de la carretera porque quería agarrarlo a puñetes”.
Justamente ese sacrificio a la hora de poner como prioridad el crecer profesionalmente a lo económico dice ser uno de los consejos que puede dejar a los jugadores jóvenes en el país, “decirle a los jugadores que no tengan limites, el futbolista cada día se puede superar, yo empecé jugando de lateral izquierdo, jugué de central, de contención y ya profesionalmente jugué de posición 10. Sabía que tenía las condiciones pero era una posición que de niño no practiqué. Mi explosión fue cuando ya era profesional”.
Finalmente Marco Antonio Etcheverry, si pudiera volver el tiempo y vivir otra vez una parte de su carrera sería: “El 93 fue muy especial, no lesionarme en Chile y llegar bien al Mundial sería algo hermoso”.