El tendón de Aquiles, conocido desde la mitología griega, como el tendón más grueso y resistente que existe en nuestra anatomía, soporta hasta 10 veces más el peso corporal de una persona, es un cordón fibroso que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón.
FACTORES DE RIESGO, es más frecuente en varones; incrementando su incidencia por la promoción de la actividad física en la población, aumento del deporte profesional y recreacional, deportes que implican impacto, entre la 3ra y 5ta décadas de vida, las causas son multifactoriales pero también por enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, gota, insuficiencia renal enfermedades conectivas o autoinmunes, alteraciones de biomecánica como mala pisada y a medicación habitual con quinolonas o corticoides.
CAUSAS, el tendón prácticamente se usa cada vez que caminamos o movemos el pie, puede romperse porque recibe poco flujo de sangre, lo que también puede afectar su capacidad de sanar; se rompe por aumento repentino de la presión ejercida sobre el tendón al incrementar la intensidad de la actividad deportiva, sobre todo en saltos o al pisar un hoyo.
PREVENCIÓN , los ejercicios de estiramiento de gemelos o pantorrillas y el fortalecimiento de los músculos pueden ayudar al músculo y al tendón a absorber más fuerza y prevenir la lesión, se sugiere alternar deportes de alto impacto (correr), con deportes de bajo impacto (caminar, nadar o andar en bicicleta); evitar o limitar las superficies duras o resbaladizas; tomar en cuenta la vestimenta adecuada para entrenar en climas fríos y el calzado deportivo adecuado para la amortiguación; aumentar gradualmente la intensidad del entrenamiento en cuanto a la distancia, la duración y la frecuencia de 10 en 10 % por semana.
LESIONES, en el deporte, especialmente en el fútbol (incidencia lesional de 8,94 lesiones por cada 1000 horas de exposición), encontramos dos tipos: 1) Las traumáticas o directas, infrecuentes producto de heridas cortantes o traumas. 2) Las indirectas o espontáneas, las más frecuentes, consecuencia de una tensión mecánica y degeneración intratendinosa que se da de 2 a 6 cm proximales a la inserción del tendón, región pobre en vasos sanguíneos por lo que es vulnerable a las patologías degenerativas y a las rupturas.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO, es preciso acudir al médico de inmediato; la ruptura es la solución de continuidad que compromete parcial o totalmente su estructura; el diagnóstico es clínico, dolor súbito en la zona posterior de la pierna afectada, sensación de un tirón o una patada, “chasquido”, con pérdida de continuidad en la zona, signo del hachazo, incapacidad de la flexión plantar; se confirma con ecografía con edema y vascularización hasta la resonancia magnética sin embargo se busca el diagnóstico oportuno ya que el tratamiento tardío podría traer complicaciones irreversibles como fibrosis de tejidos, creando invalidez para la marcha, se busca restaurar la longitud, fuerza, tensión y función anatómica del tendón, el tratamiento quirúrgico es elegido para jóvenes dejando el tratamiento conservador para pacientes con alguna contraindicación o edad avanzada con escasa actividad física.
TIEMPO DE RECUPERACIÓN, es diferente según el tratamiento que se realiza, después del quirúrgico y con una pauta de recuperación acelerada los resultados finales son mejores y más rápidos, ya que una inmovilización muy prolongada puede generar rigidez del tobillo lo que retrasa mucho la recuperación final.